Estimado colega:
Volvemos a estar en contacto para seguir ofreciéndote algunas ideas para incorporar Internet a la práctica cotidiana en el aula. Esta vez, nos hemos concentrado en actividades fundamentalmente relacionadas con lengua y ciencias sociales.
Cada una de estas propuestas parte de la lectura de un cuento y se despliega en una secuencia didáctica que lo incluye como recurso.
¿Por qué partir de un cuento? A todos nos fascina un buen cuento y este estado, el de fascinación, es un buen punto de partida hacia una experiencia interesante, y el interés es probablemente uno de los bienes más escasos en nuestras aulas, ¿no?
Nos referimos al interés verdadero, al genuino, a las ganas. No al hacer lo que hay que hacer para recibir una buena nota.
Y los cuentos nos ofrecen un lugar menos obvio -en el mejor de los casos, sorpresivo- para abordar temas relacionados con la convivencia, la ecología, la legalidad, la pobreza, la objetividad/subjetividad de la información, etcétera.
En este libro incluimos un cuento para comenzar cada actividad. Esta idea surgió a partir de las devoluciones que nuestros colegas nos hicieran llegar con motivo de la utilización de
Docentes [email protected] Internet. En aquella obra habíamos incluido cuentos en algunas actividades, que figuraron
entre las que más repercusión tuvieron, especialmente Construyendo una fantasía, que partía de un cuento de Ray Bradbury.
Hoy tomamos todos relatos breves: incluimos cuentos cortos, fábulas, mitos y fragmentos -que son historias en sí mismos- de algunos clásicos de la literatura universal. Así, autores anónimos, clásicos, latinoamericanos, europeos y sabiduría popular se combinan en una selección de
historias que esperamos sean motivo de momentos tan buenos como los que nos han brindado a nosotros.
Por otra parte, esta propuesta vincula sinérgicamente materiales impresos (como el libro, por ejemplo) e Internet. Lejos de compartir la idea de los que sostienen que la Red incluirá, reemplazará,etc., a todos los otros materiales y recursos, creemos -y sugerimos enfáticamente- que los cuentos deben ser buscados y leídos de libros, transcripciones, etc., no tomando a la computadora como fuente y soporte de lectura. Habrá otros momentos para usarla, ésos en los que Internet nos asombrará con información valiosa, como la que se encuentra consignada al
final de cada actividad.
De la interacción entre libros e Internet, también pretendemos que los chicos se queden con ganas de seguir leyendo. Así, estas mismas actividades pueden visualizarse como de promoción de la lectura de textos del mismo género, autor, etcétera.
En el mismo sentido, y aun con todo lo dicho hasta ahora, ni el buen cuento, ni mucho menos Internet -con todo el
marketing que tiene- harán una clase interesante para todos, es decir, una buena clase.
Los que la haremos, estimado colega, somos los maestros. Aun con las dificultades que nuestra práctica involucra, somos nosotros mismos los responsables de una
composición de clase que incluya los materiales citados, pero que, fundamentalmente, ayude a cada chico a construir su propio aprendizaje.Esperamos que encuentres en estas páginas herramientas para transitar más fácilmente este recorrido.
Si decides escribirnos, nos placerá mucho seguir compartiendo esta apasionante experiencia.
Alejandro y Gabriel