Una semilla debajo de la tierra esperando florecer. Una posibilidad, un potencial que espera desplegarse. En los primeros años de la vida, aquello que es potencia puede comenzar a transformarse en inteligencia, en lenguaje, en autonomía, en subjetividad. Será tarea de los adultos que acompañan al niño, y de la escuela, encontrar los caminos, los espacios, las fuerzas que hagan expandir esa riqueza latente. Y será también tarea de quienes acompañan al niño en su desarrollo, encontrar las mejores condiciones en medio de tanta adversidad, para aprovechar momentos que no vuelven. Silvia Schlemenson abre estas páginas adentrándose en "el tesoro de la simbolización", describiendo la importancia de los primeros años y del papel fundamental de la escuela como lugar de posibilidad de transformación y despliegue simbólico. El lenguaje, como elemento crucial para pensar el desarrollo humano, es el tema elegido por Claudia Alonso y Susana Maquieira. Las autoras describen la relación entre el desarrollo cognitivo y el lenguaje en el contexto de los vínculos humanos, específicamente en los dos primeros dos años de vida. Graciela Nejamkis pasa revista a la historia de las ideas respecto del desarrollo cognitivo, los diversos marcos teóricos y sus principales representantes; considerando a la psicología educacional como disciplina puente que potencia la enseñanza y el aprendizaje en el Nivel Inicial. Gabriela Kadich analiza la actitud del adulto en los procesos de aprendizaje y en la adquisición de competencias por parte del niño, en el marco de un proceso de desarrollo autónomo. ¿Se pueden enseñar conceptos a niños de nivel inicial? María Reneé Candia responde desde la teoría a ese interrogante y sugiere algunas estrategias para favorecer el aprendizaje de conceptos a partir de dos propuestas de enseñanza. Finalmente, Clarisa Label aporta el relato de una experiencia en una institución que atiende niños pequeños y la relación entre la calidad de la atención y sus consecuencias sobre la constitución subjetiva de los niños.