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¿Cómo compartir las reflexiones matemáticas y didácticas surgidas del trabajo entre colegas? Identificar el propósito docente, explicitarlo y tenerlo en cuenta mientras los alumnos juegan permitirá pensar en posibles intervenciones que promuevan nuevos aprendizajes.
 

Entrevista a Inés Torres
Este artículo forma parte de la Revista Novedades Educativas Nº292, disponible en la Biblioteca Digital.

Son muchos los docentes de Nivel Inicial que llevan a sus salas propuestas con juegos para la enseñanza del número. Tener espacios para compartir estas experiencias, poder analizarlas entre colegas y seguir pensando en intervenciones docentes que promuevan el aprendizaje de los niños desde lo que cada uno puede hacer, nos enriquece a todos y nos permite romper con el trabajo en soledad.

Solo cuando se comprende lo que cada situación tiene de particular, puede uno estar presente en una situación. Es recién ahí donde se puede hacer una elección y tomar las decisiones que presupone la práctica docente (Gilles Ferry, 1997).

En este sentido, como coordinadoras de instancias de formación docente, ponemos especial énfasis en generar espacios para que los docentes analicen qué condiciones son las que hacen posible que los alumnos vivan una experiencia de producción de conocimiento en la clase de Matemática. Para ello es necesario realizar, entre otras cosas, algunas anticipaciones, identificar el tipo de trabajo matemático esperado, pensar en una gestión de la clase que promueva las ideas infantiles y tienda puentes entre estas y lo que se espera enseñar.

El propósito de este escrito es dar a conocer aspectos del análisis del juego “Vacas y camiones” realizado por docentes en instancias de formación. En esta publicación recuperamos las reflexiones matemáticas y didácticas surgidas del trabajo entre colegas a propósito de las anticipaciones anteriormente mencionadas. Esperamos que este artículo brinde elementos para seguir pensando en cómo incluir a todos los alumnos en la clase de Matemática para que esta sea un espacio de intercambio y, por lo tanto, de aprendizaje.
 

Enfoque teórico
La perspectiva a la que adherimos se refleja en las siguientes palabras:

¿Por qué y bajo qué condiciones el juego puede ser considerado un recurso para la enseñanza de la matemática? Para tratar de responder a esta pregunta, podemos afirmar algo que resulta obvio: a los niños les gusta jugar, pero esto no es suficiente para aprender. Cuando pensamos en el juego a disposición del aprendizaje debemos sostener que es la intencionalidad del docente lo que diferencia el uso didáctico del juego de su uso social.

En un contexto educativo, el juego no es un entretenimiento, sino una herramienta efectiva y útil para aprender determinados contenidos; por ello, debe estar inserto en una secuencia de enseñanza. Jugar no es suficiente para aprender; a continuación del juego, es necesario generar espacios de intercambio para plantear, según la intencionalidad original del docente, algunas actividades que lleven a los alumnos a reflexionar sobre el contenido particular que se ha querido trabajar con el juego propuesto (Silvia Chara, 2012).

Cabe agregar que ningún juego se juega una sola vez, ya que si se hiciera así, se impediría el progreso de los alumnos en el uso de mejores estrategias aprendidas en ocasión de la discusión de la partida anterior.

En atención a los planteos actuales que proponen, entre otros aspectos, el trabajo a partir de secuencias didácticas, al planificar instancias de formación, centramos nuestra atención en el análisis didáctico y en la elaboración de secuencias de aprendizaje. Al ocuparnos de contenidos numéricos, estas incluyen juegos que involucran las funciones del número, la comparación de números, el registro de cantidades y algunas estrategias para resolver problemas que les dan sentido a las operaciones. De esta manera, pretendemos revisar el enfoque didáctico sugerido en los documentos curriculares de la provincia de Neuquén, en los NAP y en las recomendaciones sugeridas por el Instituto Nacional de Formación Docente en lo referente a los contenidos citados.

Es oportuno aclarar que entendemos la importancia de llevar juegos a la sala por el solo hecho de que estos favorecen la participación de todos los niños de una manera flexible y dinámica, al permitir la intervención desde lo que cada uno de ellos puede proponer. Sin embargo, para lograr aprendizaje, es necesario enmarcar los juegos en secuencias didácticas que favorezcan el trabajo matemático por parte de los niños; es decir, que propicien que los niños exploren, establezcan relaciones, tomen decisiones, argumenten, validen proposiciones, produzcan conocimiento.

Desde esta perspectiva, nos ocupamos de los problemas que los juegos permiten plantear. Los juegos reglados, para convertirse en situaciones de enseñanza, requieren de un análisis didáctico previo por parte del docente sobre cuál es el contenido que se aborda, cuáles son los problemas que se plantean o se pueden plantear, cuáles son los posibles procedimientos de resolución por parte de los niños, qué cuestiones se analizarían con toda la sala, qué aspectos del juego se pueden ir modificando a los fines de generar progresos en los conocimientos del grupo, etcétera. A continuación, presentamos las reflexiones producidas por docentes de Nivel Inicial al analizar el juego “Vacas y camiones”1, en un encuentro de formación.
 

Descripción del juego "VACAS Y CAMIONES"

Materiales:
Tres camiones de madera.
Tarjetas con los números del 1 al 10.
Cartas con dibujos de vacas: 10 con 1 vaca, 10 con 2 vacas, 5 con 3 vacas, 5 con 4 vacas, 4 con 5 vacas, 4 con 6 vacas, 2 con 7 vacas, 2 con 8 vacas y 2 con 9 vacas.
Fichas para poder canjear por las vacas.

Vacas

Cantidad de jugadores:
4 por grupo: tres con un camión cada uno y un encargado de la estación a la que llegan los camiones.

Organización del juego:
Entre los cuatro integrantes del grupo deben decidir quién será el encargado de la estación, los otros tres tendrán un camión cada uno.
Las cartas con las vacas se colocan en el centro ordenadas de manera ascendente en pilas con igual cantidad de vacas (en una pila todas las cartas que tienen 1 vaca, en otra todas las que tienen 2 vacas, etc.).
Las tarjetas con los números se colocan en el centro de la mesa boca abajo de manera que no se vean los números escritos.

Reglas:
Cada niño a cargo de un camión saca una tarjeta de las que contienen números, todos dan vuelta esas tarjetas y deciden quién será el primero en jugar, quién el segundo y quién el tercero. Luego esas tarjetas vuelven al pozo.
Comienza el niño que haya sacado el número más alto y toma de la mesa una tarjeta con números que indicará la cantidad de vacas que debe subir a su camión. Luego busca la carta que tenga la cantidad de vacas que la tarjeta indica y las sube al camión.

Por ejemplo, sacó una tarjeta con el número 6, busca la carta correspondiente.

Continúa la ronda hasta que el camión esté lleno (se completa con 3 tarjetas), recién allí puede ir a la estación.
En la estación, el encargado le entregará al camionero tantas fichas como vacas cargue en su camión.
Se pueden jugar varias rondas (ir dos o más veces a la estación) y al finalizar esas dos o tres rondas, cada camionero debe poder mencionar cuántas vacas vendió y así decidir quién transportó más vacas.



Análisis didáctico del juego
Un primer aspecto a considerar es el contenido matemático posible de abordar con este juego; es decir, definir qué aspectos y significados de las nociones involucradas son las que los alumnos usarán al jugar. De este modo, se podrá tomar conciencia de qué otros aspectos de esa noción no pueden ser trabajados con esta actividad y, en ese caso, si es de interés para el docente, planificar otras situaciones que permitan abarcar otros significados de esa misma noción matemática.

Es evidente que el contenido puesto en juego es el de número natural, pero, ¿qué aspecto del número se privilegia en cada etapa de este juego?

Continúa...

 

Autoras: Andrea Didoné, Liliana Lalanne y Alejandra Miotti.
Fuente: Revista Nº292 > Ver más contenidos de la Revista Novedades Educativas