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En esta época, el psicoanálisis es una teoría y una práctica que subvierte lo ya dado en una sociedad en la que la cotidianidad está tomada por las urgencias, la eficiencia y en la que se suele recurrir a la vía más corta para acallar los síntomas. Escuchar el sufrimiento de niños y padres, dejar que se desplieguen historias, entender los síntomas como un llamado, un grito a decodificar, es lo que el libro quiere transmitir.
El psicoanálisis con niños es un espacio privilegiado para la investigación, una encrucijada donde se pone en juego toda la teoría psicoanalítica. Esta obra da cuenta de la articulación entre los avatares de la constitución subjetiva y la psicopatología infantil, y asimismo se centra en temas específicos: dificultades de aprendizaje, problemas de conducta, fobias, psicosis infantiles, enuresis y encopresis, efectos de las crisis y de la violencia, pensados a partir del aporte de diferentes autores y de la propia clínica. La articulación con el contexto social marca el recorrido.
Capítulo 1
Avatares de la constitución psíquica y psicopatología infantil
Capítulo 2
Diagnósticos en la infancia
Capítulo 3
El contexto social
Capítulo 4
Los niños desafiantes o el desafío de nuestros días
Capítulo 5
El aprendizaje y sus avatares
Capítulo 6
Fobias, angustias y terrores en la infancia
Capítulo 7
Encopresis y enuresis
Capítulo 8
Patologías graves en la infancia
Capítulo 9
Las marcas de la violencia
Capítulo 10
Las crisis y los niños
Este libro es un intento de transmitir los interrogantes, las cuestiones y cuestionamientos que me he venido haciendo a lo largo de casi cuarenta años de práctica psicoanalítica con niños y adolescentes, con respecto al sufrimiento infantil y sus diferentes manifestaciones.
Todos los días, la clínica con niños y con adolescentes me sorprende, porque cada niño trae consigo múltiples historias y preguntas y cuenta de un modo diferente sus infortunios.
Una de las cuestiones que preside de algún modo todo el libro es la inquietud por explorar este territorio tan complejo, en el que siempre somos, en algún lugar, extranjeros y, a la vez, viejos habitantes.
Porque es inevitable reencontrarse uno mismo niño en esos nuevos rostros. Y a la vez sorprenderse por lo novedoso, lo inesperado, como cuando un niño de cuatro años al que escucho por primera vez me dice: Mi problema es más grande que un dinosaurio.
En una época en la que la tendencia es clasificar el sufrimiento, la idea es rescatar la complejidad de la vida psíquica, las vicisitudes de la constitución subjetiva y el tránsito complicado que supone siempre la infancia.
Indudablemente, sostener el pensamiento complejo se hace difícil y tendemos a ordenar, simplificar, a reducir a leyes claras y distintas lo intrincado y ambiguo de la vida, que siempre resulta inquietante. Pero esa reducción, cuando están en juego los niños, puede ser peligrosa, porque nos vuelve ciegos a la realidad de sus avatares.
Entonces, en lugar de rotular, considero que debemos pensar qué es lo que se pone en juego en cada uno de los síntomas que los niños presentan, teniendo en cuenta la singularidad de cada consulta y ubicando ese padecer en el contexto familiar y social en el que ese niño está inmerso.
He tomado algunos modos en los que se manifiesta el sufrimiento psíquico en la infancia con la intención de transmitir un modo de pensar la psicopatología infantil. Ni abarco todas las problemáticas ni supongo que mis reflexiones den cuenta de toda la riqueza del tema. Simplemente, es un intento de mostrar algunas líneas en las que algunas dificultades pueden ser pensadas. En ese sentido, espero posibilitar nuevos desarrollos.
El sufrimiento infantil suele ser desestimado por los adultos y muchas veces se ubica la patología allí donde hay funcionamientos que molestan, dejando a un lado lo que el niño siente. Es frecuente así que se ubiquen como patológicas conductas que corresponden a momentos en el desarrollo infantil, mientras se resta trascendencia a otras que implican un fuerte malestar para el niño mismo.
Estoy convencida de que cuando hablo de enuresis o de dificultades en el aprendizaje escolar me refiero a un efecto, producto de múltiples determinaciones, diferentes en cada niño. De esas determinaciones posibles, múltiples, trata este libro. Pero seguramente, tanto los lectores como yo misma, iremos encontrando otras, en tanto los niños nos vayan señalando nuevos caminos.
Algunos de los capítulos han sido publicados, en una primera versión, en otros espacios. Otros fueron escritos por primera vez.
Desde hace muchos años vengo planteando que la metapsicología freudiana da un eje para construir una clínica con niños que tenga en cuenta la especificidad de esta práctica, sin traicionar los fundamentos teóricos que considero claves para pensar los avatares de la constitución psíquica. Es más, es la conceptualización de esos avatares de la que Sigmund Freud da las bases y que ha sido desarrollada por psicoanalistas que retomaron su obra la que nos permite pensar el trabajo psicoanalítico con niños y la psicopatología infantil.
Entonces, los dos primeros capítulos tratan de dar cuenta de la articulación entre los avatares de la constitución subjetiva y la psicopatología infantil, para centrarme en los capítulos siguientes en algunos temas específicos. Dificultades de aprendizaje, encopresis, enuresis, fobias, psicosis infantiles, efectos de las crisis y de la violencia, son desarrollados tomando en cuenta el aporte de diferentes autores y, sobre todo, pensados a partir de la propia clínica. La articulación con el contexto social marca el recorrido.
El psicoanálisis con niños es una encrucijada, un lugar de entrecruzamientos y un espacio privilegiado para la investigación.
Históricamente, es un lugar de controversias, de discusiones apasionadas, en tanto en la concepción del trabajo psicoanalítico con los niños, en el modo en que se piensan las conflictivas infantiles, se pone en juego toda la teoría psicoanalítica.
Hablar de niños en psicoanálisis es hablar de constitución, de desarrollo, de estructuración subjetiva. Remite a la sexualidad infantil, a las primeras inscripciones y al acceso a la cultura, a los destinos pulsionales previos a la represión primaria y al Complejo de Edipo con su estructuración diferente en niñas y varones.
Freud, con el descubrimiento de la sexualidad infantil, rompe con la noción de niño como emblema de ingenuidad y pureza. Con la conceptualización del aparato psíquico, define una estructuración signada por vivencias en las que los otros que realizan la acción específica, de los que el niño depende, son fundamentales.
Considero que el niño puede ser definido como un psiquismo en estructuración, estructuración signada por otros, en un devenir en el que los movimientos constitutivos, fundantes, se dan desde un adentro-afuera insoslayable.
Si algo espero que quede absolutamente claro a lo largo del libro es la peculiaridad de cada consulta. Peculiaridad que nos lleva a definir en cada caso con quién, cómo y cuándo intervenir.
En esta época, el psicoanálisis es una teoría y una práctica que subvierte lo ya dado en una sociedad en la que la cotidianidad está tomada por las urgencias, la eficiencia, y en la que se suele recurrir a la vía más corta para acallar los síntomas. Escuchar el sufrimiento de niños y padres, dejar que se desplieguen historias, entender los síntomas como un llamado, un grito a decodificar, es lo que quiero transmitir.
Si bien este libro está escrito por mí, es a la vez una obra colectiva, producto de la colaboración de muchas personas y de muchas historias. La mía, la de mis pacientes y alumnos y la de colegas con los que comparto ideas e interrogantes. Sin el intercambio con colegas, sin el apoyo de mi familia, sin mis pacientes, mis alumnos y mis maestros, no hubiera podido ser.
Por eso, quiero agradecer especialmente:
A mi familia, por el amor mutuo y el intercambio cotidiano de afectos y pensamientos.
A mis amigas y amigos, por compartir los avatares de la vida.
A mis pacientes, por el recorrido compartido. Y muy especialmente, a los niños que se analizaron y se analizan conmigo y a sus padres. Sin ellos, nada de esto hubiese sido posible.
A mis alumnos, que me enseñan mucho más de lo que puedo transmitirles, por sus preguntas e inquietudes y por compartir conmigo las dificultades de la clínica psicoanalítica.
A mis maestros, los presenciales y los de los libros, por todo lo que me transmitieron.
A todos los docentes de las Especializaciones en Psicoanálisis con Niños y en Psicoanálisis con Adolescentes de UCES y APBA, por su estímulo permanente, porque me vienen ayudando a precisar problemas y a investigar distintos temas y porque hemos construido un espacio compartido de debate y reflexión permanente.
A los colegas y profesionales de diferentes disciplinas (neurólogos, psiquiatras, pediatras, psicopedagogos) del forumadd, con los que creamos un espacio de lucha contra la patologización y medicalización de la infancia, porque son un incentivo cotidiano para replantear la práctica y transitar nuevos caminos.
A Gabriel Donzino y a Mabel Rodríguez Ponte, por haberme ayudado a revisar algunos capítulos con una lectura crítica e inteligente.
Beatriz Janin
Psicóloga (UBA) y psicoanalista. Presidenta de Forum Infancias, Asociación Civil contra la medicalización y patologización de la infancia. Directora de las Carreras de Especialización en Psicoanálisis con Niños y con Adolescentes de UCES (Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales) y APBA (Asociación de Psicólogos de Buenos Aires). Profesora de posgrado en la Universidad Nacional de Rosario y en la Universidad Nacional de Córdoba. Directora de la revista Cuestiones de infancia. Profesora invitada en seminarios de diferentes universidades e instituciones científicas de Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, España, Francia e Italia.
Título: Sufrimiento psíquico en los niños, El
Subtítulo: Psicopatología infantil y constitución subjetiva
Autor/es:
Beatriz Janin
Colección: Conjunciones
Materias: Psicopedagogía - Psicoanálisis - Psicoanálisis con niños